Consumo y calidad de vida
La asignatura de Consumo y Calidad de Vida se orienta a la utilización de bienes y servicios para satisfacer muchas de las necesidades humanas es una actividad constante en la vida cotidiana. El consumo está ligado directamente a la satisfacción de muchas de las necesidades de las personas, por lo que es una actividad que compete a todos, y en las distintas etapas y condiciones. Se consume con un propósito, o con diversos propósitos simultáneamente. Así la función del consumo en la vida humana no puede comprenderse sin un grado de entendimiento de que los fines son enormemente diversos, desde la nutrición hasta la recreación, desde la larga vida hasta la buena vida, desde la autorrealización aislada hasta la socialización interactiva. Desde la perspectiva de las personas, el consumo es un medio del desarrollo humano. Su importancia radica en la ampliación de la capacidad para vivir largo tiempo y bien. El consumo abre oportunidades sin las cuales una persona quedaría sumida en la pobreza humana. Es claro que el consumo contribuye al desarrollo humano cuando aumenta la capacidad de la gente sin afectar negativamente el bienestar de otros, cuando es tan justo para las generaciones futuras como para las actuales, cuando respeta la capacidad de sustento del planeta y cuando estimula el surgimiento de comunidades animadas y creativas. Pero el consumo también puede tener efectos adversos sobre los consumidores, sobre el entorno social y sobre el medio ambiente.
El desarrollo de una línea de Formación Instrumental orientada al consumo, junto con ser complementaria a los temas tratados en el sector de Estudios Sociales, en los ejes Trabajo y Economía y Temas Económicos Contemporáneos, apunta a establecer un vínculo operacional con el significado de las prácticas cotidianas de las personas en el mundo de hoy. En este sentido, el Sector Consumo articula los dos vectores que conducen al desarrollo de una conducta responsable en el consumo: el primero está formado por el ejercicio de soluciones prácticas en la vida cotidiana; en tanto que el segundo se ocupa de la repercusión económica, social y ambiental de esa práctica cotidiana, y orienta el quehacer del ciudadano consumidor. Se trata de la expresión de lo privado y de lo público de la actividad de consumo. En este contexto, se considera pertinente establecer cuatro focos temáticos centrales en la Educación para el Consumo:
1. Publicidad e información.
2. Organización del presupuesto de la familia.
3. Compra a crédito.
4. Derechos y deberes de los consumidores.